A estas alturas, poco queda que contar acerca de una de las mejores novelas de Lisa Kleypas, Sucedió en otoño, segunda novela de su saga Las Floreros.
Cuenta la historia de amor entre Lillian Bowman, una joven americana de buena familia, hermosa, pero impetuosa y obstinada, con unos modales y un carácter que no casan nada con la aristocracia inglesa, y lord Marcus Westcliff, un aristócrata inglés serio y estirado, aunque también pasional. Los Bowman han viajado a Inglaterra con la intención de que sus dos hijas, Lillian y la dulce Daisy, hagan una buena boda. Lord Marcus Westcliff es el hermano de Aline, la protagonista de La antigua magia.
Aline ni aparece en esta novela, pero sí se la menciona. Quienes sí aparecen son la pareja secundaria (aunque con mucho protagonismo) de La antigua magia, Livia, la hermana de Aline y de Marcus, con un triste pasado a sus espaldas, y Gideon, quien ha logrado superar sus problemas con el alcohol.
Marcus es presionado por su madre (una tipa que se las trae) para que busque esposa y se case.
Pero se enamora de Lillian y, desde ese momento, su razonamiento se va al garete. Quiere casarse con ella. Pero Lillian piensa que no es la mujer indicada para convertirse en lady Westcliff.
Veamos un fragmento de la historia de amor entre estas dos personas que se encuentran y se enamoran. Tan sencillo como éso...
-¿Cómo crees que la metieron dentro?-Para
probar, introdujo el dedo en el cuello de la botella-No entiendo cómo algo tan
grande puede caber en un agujero tan pequeño.
Marcus
cerró los ojos para contener la oleada de excitación y su voz sonó ronca al
responder:
-Se…se coloca la botella directamente en el
árbol. La fruta crece en el interior-Abrió los ojos un poco y volvió a
cerrarlos con fuerza cuando vio su dedo introducido profundamente en la
botella-Crece…-se obligó a continuar-hasta que madura.
Lilian
pareció sorprendidísima por semejante información.
-¿En serio? Es lo más inteligente, lo más
inteligente…una pera dentro de su pequeña… Ay, no.
-¿Qué pasa?-preguntó Marcus con los dientes
apretados.
-Se me ha atascado el dedo.
-¡No puedo! Está atascado de verdad. Necesito
algo que lo haga resbaladizo. ¿Tienes algún tipo de lubricante a mano?
-No.
-¿Nada de nada?
-Por increíble que pueda parecerte, jamás
hemos necesitado un lubricante en la biblioteca.
Portada en inglés de Sucedió en otoño.
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