viernes, 31 de octubre de 2014

ESCENA ELIMINADA DE MI NOVELA "EL FINAL DE LOS BUENOS TIEMPOS"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros otra de las escenas eliminadas de mi novela El final de los buenos tiempos. 
Deseo de corazón que os guste.
Aunque la he eliminado porque considero que no aporta gran cosa a la historia, no me gustaría condenar esta escena al olvido.


               DEL DIARIO DE ANNE CAROL JAMIESON

DURANTE LA DÉCADA DE 1920

            Hal dice que mis piernas son perfectas. Y yo deseo creerle. Porque lo que más deseo es gustarle. Para él, soy muchas cosas. Soy perfecta. Soy hermosa. Quiero que me vea deseable. Quiero que me vea como la mujer idónea para él. Quiero que piense que sólo yo puedo hacerle feliz. Lo quiero.
            ¡Lo quiero sólo para mí!
            ¡Lo amo tanto!
            Mi mayor deseo es convertirme en su esposa. Pero Hal dice que es pobre. Y que mi padre no accederá nunca a nuestra boda. Yo le tranquilizo y le aseguro que iré con él hasta el fin del mundo. Todo por estar a su lado.
            Mi madre y Lanie siempre están discutiendo. Eso me permite escabullirme de casa cada vez que quiero.
            Voy a encontrarme con Hal. Necesito verle. Necesito estar con él. Necesito decirle una y otra vez lo mucho que lo quiero.
            Él acude a cada una de nuestras citas.
            Nunca me ha fallado. Está conmigo cuando más lo necesito.
            Y sé que será así siempre. Me casaré con él.
            Sé que mi sino es estar a su lado hasta el último día de mi vida. Por eso, sé que me voy a casar con él. Seré la madre de sus hijos. Y los criaremos en un hogar lleno de amor. De amor hacia ellos…Y de amor entre nosotros…Los hijos tienen que ser fruto del amor.
            Porque mi sueño es tener muchos hijos con Hal.
            Él es el hombre de mi vida. Cuando salgo a la calle, voy a su encuentro. Sonrío para mis adentros. Estaremos juntos siempre. Nada ni nadie nos va a separar.

 

sábado, 25 de octubre de 2014

ESCENA ELIMINADA DE MI NOVELA "EL FINAL DE LOS BUENOS TIEMPOS"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir en este blog con vosotros una escena eliminada de mi novela El final de los buenos tiempos. 
Deseo de corazón que os guste.

DEL DIARIO DE LORD WILLIAM DUNNING, DUQUE DE STANYON

DURANTE LA DÉCADA DE 1920

         Tiene el cabello de color castaño oscuro. Es un cabello larguísimo (le llega hasta los muslos) y el efecto de sus caderas contoneándose al andar (estoy seguro de que lo hace aposta) con su cabello castaño flotando al viento resultaría devastador para cualquiera. Para mí.
            Me fijé en que esta tarde llevaba puesto un vestido bastante escotado, dejando entrever un par de voluptuosos pechos. ¡Y yo he tocado esos pechos! Me saluda con descaro. Es una coqueta.
            Quiere ser actriz. Su sueño es triunfar en Hollywood. Aquella ciudad construida en las colinas de Los Ángeles se ha convertido en su objetivo. Dice que se ha puesto un nombre artístico, Belinda. Me gusta ese nombre. Se lo digo. Ella me sonríe con picardía. Me cuenta que había barajado otros nombres artísticos. Se ha presentado a numerosas pruebas. Aún no ha tenido éxito.
            Al sentarse en el banco, se levantó la falda y pude observar unos muslos blancos. Los ojos de Josie son de color ámbar brillante, me recuerdan a los ojos de una gata. Coronan sus ojos unas pestañas de color castaño, largas y doradas. Se parece a Pola Negri.
-Me muero de ganas de que me lleves esta noche al club-me dijo Josie-Yo quiero que todo el mundo me vea contigo.
            Y lo que más deseo en el mundo es que todo el mundo me vea con Josie.
            Durante un buen rato, permanecimos en silencio, escuchando las campanadas del Big-Ben. En los troncos de los árboles, los pájaros cantaban alegremente. Josie olfateó el ramo de margaritas que le había regalado.
            Me fijé en su escultural figura. Está muy desarrollada. Quizás se desarrolló pronto.
            Me llama la atención desde la primera vez que la vi. Me mira con sus dulces ojos. La beso en las mejillas. Tiene la mirada miope. Siento que ella me conoce mejor que nadie, mejor que yo mismo. Esta tarde, la mano me ardía del deseo que se apoderó de mí de acariciar su pelo. Me gusta jugar con su pelo. Es esbelta. Bien proporcionada. Tiene una salud de hierro. Me fijé en su tono de piel. Está morena.
            Dejamos pasar el tiempo. Pasó despacio. Josie se recostó en el banco en el que estábamos sentados. Pensé que iba a quedarse dormida. Se quedó más bien adormilada. El ramo de flores yacía entre sus muslos. Me levanté, fui al surtidor y bebí agua, más por hacer algo que por sed. Las campanas del  Big-Ben volvieron a sonar. Los pájaros hacía rato que habían dejado de trinar y ya sólo se oía el zumbido del vuelo de alguna mosca. Josie se espabiló, cogió su ramo de flores y volvió a olerlo.
-Quiero que nos casemos-ataqué.
-Sabes de sobra que no podemos casarnos-me recordó Josie.
-¿Por qué no puedo casarme contigo?
-Soy una actriz y tú eres duque. Lo nuestro no funcionaría.
-Estamos en pleno siglo XX. Y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado.
-La gente hablará de nosotros.
-¡Me importa muy poco lo que un montón de imbéciles diga de mí! Yo te adoro, Josie.
-Será mejor que volvamos a casa. Te estarán esperando.
            Josie se puso de pie.
-Acabaremos casándonos-afirmé-Tú y yo hemos nacido para estar el uno junto al otro. Somos almas gemelas, Belinda. Seríamos muy infelices al lado de otras personas. Por favor, piensa en lo que te he dicho. Nos queremos. Merecemos ser felices juntos. Merecemos darle a nuestro amor una oportunidad.
       No pienso en mis padres. Ellos no quieren que me case con Josie. Hablan de buscarme una esposa. Una mujer a la que nunca amaré.
            Soy el duque de Stanyon.
            Soy libre de elegir.
            Puedo hacer las cosas a mi antojo, si me apetece.
            Ya he tomado una decisión. Elijo casarme con Josie. De haber vivido su hijo, sería mi heredero. Aquel niño no llevaba mi sangre. Pero, durante meses, cuando aún estaba en el vientre de Josie, lo quise como si fuera mi hijo. Porque era el hijo de Josie. El quién lo engendró nunca me importó.
            Es con Josie con quien me voy a casar. Ella no se lo cree.
            Pero no tardará en creérselo. Nos casaremos en la catedral. Asistirán cientos de personas a la boda. Luego, viajaremos por toda Europa durante nuestro viaje de novios. Será una boda por todo lo alto.
            Josie será la perfecta duquesa de Stanyon. Acabará cediendo.
            No puede negar que está enamorada de mí. Que los dos nos pertenecemos mutuamente. No sabría vivir sin Josie. Y quiero pensar que este amor que siento tan grande por ella es correspondido.
            Josie no puede viajar a Hollywood. ¡No puede dejarme aquí!

            ¡Nos vamos a casar! ¡Ella será mi duquesa! ¡Ojala pueda hacérselo entender!

 

miércoles, 22 de octubre de 2014

ESCENA ELIMINADA DE MI NOVELA "EL FINAL DE LOS BUENOS TIEMPOS"

Hola a todos.
No sé si os acordaréis de esta historia.
Hace algún tiempo, os hablé de mi novela El final de los buenos tiempos, una historia en la que intento abordar desde otro ángulo el tema de los matrimonios de conveniencia.
Más que de una novela romántica, se trata de una novela sentimental. Transcurre en el Londres de la década de los 30.
Lord William Dunning, un aristócrata inglés arruinado y enamorado de una aspirante a actriz, se ve forzado a contraer matrimonio con una joven estadounidense de familia acaudalada, Anne Carol Jamieson. Pero el corazón de la joven pertenece a otro hombre, de clase más bien humilde. El matrimonio resulta ser un fracaso, pues ambos son incapaces de olvidar a sus verdaderos amores. Lo único que les une son el recuerdo de esos amores frustrados y la sensación de fracaso y de soledad.
Aquí os dejo con un fragmento de esta novela que habla, sobre todo, de desamor y de soledad.

            Hace días que no veo a Anne. Carla me cuenta las novedades que tiene. Por lo visto, Anne se ha marchado a Inglaterra.
            Va a casarse con un aristócrata inglés. Sus padres han sido los que han orquestado la boda. Los Jamieson son una familia con suerte. Han logrado salvar toda su fortuna desde que el país está sumido en la mayor de las miserias. Los humoristas hacen chistes acerca de la tardanza de los políticos para reconocer lo que estaba pasando.
            Carla está destrozada. Su padre invirtió todo el dinero que tenía en la Bolsa.
            Están en la ruina. Su padre se ha suicidado pegándose un tiro. Su madre está vendiendo todo lo que tiene. No saben adónde van a ir. Mi situación no es mucho mejor. También hemos perdido todo el dinero que teníamos. Porque mi padre también invirtió en Bolsa.
            Vivimos en la calle. A veces, he creído odiar a Anne. Le he deseado lo peor. Ella siempre ha sido mucho más bella que yo.
            Siempre ha tenido más que yo. Pero no puedo acabar de odiarla.
            Siempre se ha portado bien conmigo. Ella y Hal…Han sido muy buenos.
            Es la rabia la que me hace pensar así. Desearía que todo le fuese bien. Pero no va a terminar con Hal.
            Y eso es lo que me angustia. Que esté lejos de su verdadero amor.
            Me acerco a la hoguera que se ha hecho en mitad de la calle. Me froto las manos. No consigo entrar en calor. Hay mucha gente que vive en la calle. Se tapan con mantas para protegerse del frío.
            Mi estómago ruge. Llevo un día entero sin probar bocado.
            Vamos al albergue. Nos sirven comida gratis. Pero el albergue siempre está lleno de gente.
            No hay suficientes albergues en toda la ciudad. Dormimos en el suelo. Trato de pensar en otros tiempos. El suelo está muy duro.
            Pero ni el pensar en otros tiempos mucho más buenos me sirve de consuelo. El país está sumido en la desolación. Lo veo en los rostros de los que están a mi alrededor. No encuentran trabajo. No tienen nada que llevarse a la boca. Incluso roban en las tiendas comida. Se marchan de la ciudad. Buscan otros sitios muchos mejores.
            Los niños mueren en las calles. La gente llora mientras se calienta entorno a la hoguera. Y yo envidio a Anne Carol Jamieson por la inmensa suerte que tiene. 

 

viernes, 3 de octubre de 2014

EL MISTERIOSO MÓVIL DE CHAPLIN

Hola a todos.
En realidad, la historia que hoy me gustaría hablaros afecta de manera indirecta a uno de los grandes genios de la Historia del Cine, Charles Chaplin. Con sus luces y con sus sombras, con sus defectos y con sus virtudes.
Ninguna de sus películas ha pasado desapercibida para nosotros y esta año se cumple un siglo desde que apareció por primera vez en un corto interpretando al entrañable y gamberro Charlot.
Una leyenda urbana corre acerca de una de sus películas.
Corre el año 1928. Charles Chaplin protagoniza El circo. 
Con su habitual mezcla de comedia disparatada y gamberra y drama humano, el vagabundo Charlot consigue trabajo en un circo. Y nos muestra la dura realidad de la gente que trabaja allí. Tras las risas de los espectadores que acuden a ver sus funciones, la vida detrás de la pista es distinta.
El caso que nos ocupa tiene que ver con una mujer que aparece hablando con un extraño aparato que lleva en el oído.
Este caso saltó a la fama cuando se restauró la película y se vio a la mujer que aparece en pantalla que parecía estar hablando por un teléfono móvil. ¿Un teléfono móvil?
En seguida, hubo gente que afirmó que sí, que era un teléfono móvil y que la mujer era una viajera del tiempo, tipo Claire, de Forastera. La mujer venía del siglo XXI, según la disparatada teoría y debía de estar informando a alguien de que se encontraba de casualidad en el año 1928.
Después de habernos reído a gusto con semejante teoría, lo cierto es que se ha descubierto que no existe ninguna viajera del tiempo ni ningún móvil de los locos años veinte.
La mujer debía de sufrir un problema auditivo y estaba usando un aparato que la compañía Siemens lanzó al mercado cuatro años antes para mejorar la audición de las personas que sufrían problemas en el oído.
Fuera lo que fuera, lo cierto es que la foto ha dado mucho de qué hablar.