viernes, 31 de enero de 2014

HOLD MY HAND

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros esta canción.
Se trata de Hold my hand, interpretada a dueto por el inolvidable Michael Jackson y por Akon.
En un primer momento, la canción había sido compuesta para Whitney Houston, pero Akon se enamoró de la canción y se la quedó para sí.
Poco después, se fue a trabajar con Michael Jackson. Éste la escuchó y también quedó encantado, por lo que decidió contribuir a ella en la medida de lo posible.
La canción fue grabada en el año 2008, para ser incluida en el álbum de Akon Freedom. Pero la canción acabó filtrándose por Internet. Akon decidió prescindir de ella cuando sacó finalmente el álbum.
En el año 2010, un año después de la muerte de Michael, salió a la luz la canción.
Su traducción en español es Coge mi mano. Nos habla de la amistad. De que debemos de apoyarnos en los amigos en los buenos momentos, pero también debemos de apoyarnos en ellos en los malos momentos.
Un amigo nunca te falla. Te coge siempre de la mano. Te aconseja. Siempre está ahí.
Lo he descubierto hace poco.
Os dejo con la canción. Es increíblemente preciosa.


miércoles, 29 de enero de 2014

UNA IMAGEN PARA ENAMORAR

Hola a todos.
Sigo sumida en mi nube de romanticismo.
Es mi manera de celebrar la cercanía de San Valentín. Viendo imágenes románticas que hablan del amor y de sueños.
La foto que quiero compartir con vosotros en este blog es ésta:

 Se trata de un gif. Una joven pelirroja que parece que está sumida en el agua. Su cabello ondea al viento y la expresión de su cara es melancólica. ¿Acaso he encontrado en Internet un dibujo de Olivia O' Hara?

Pongamos unas pocas dosis de romanticismo en nuestras vidas.

lunes, 27 de enero de 2014

LA VIDA EN EL SIGLO XX

Hola a todos.
Hoy, me gustaría hablaros un poco de cómo era la vida en el siglo XX.
En concreto, nos vamos a centrar en cómo era la vida en la década de 1970.
Nos vamos a centrar en un aspecto concreto. Puede parecer ridículo. Los móviles...En la actualidad, todo el mundo tiene un móvil. Es frecuente ver a la gente hablando por el móvil por la calle. Consultando en Internet vía móvil. Mandando mensajes. Es algo que forma parte ya de nuestra cultura. Todos usamos nuestros móviles. Si queremos saber algo, buscamos en el móvil. Tiene juegos. Tiene aplicaciones. Tiene descargas. ¡Lo tiene todo!
Aunque pueda parecer lo contrario, cuando se escribe sobre otras épocas, hay que tener en cuenta que la vida ha cambiado muchísimo. Es cierto que en los años 70 aparecieron los primeros móviles. Sin embargo, no tenían nada que ver con los móviles que conocemos hoy en día. Eran mucho más grandes y más pesados.
Tardaban horas en cargarse. No podías enviar mensajes de Whatsapp por él.
La cobertura era escasísima. Otro dato a tener en cuenta era su precio. Eran muy caros.
No era un lujo al alcance de muchos bolsillos. Los primeros móviles fueron de la compañía Motorola. Empezaron a comercializarse en Estados Unidos. En 1973, en concreto. Tardaron años en llegar a España.
Eran el polo opuesto a cómo son nuestros móviles. Pero no quiero hablar largo y tendido de ellos.
Me gustaría hacer una entrada más adelante hablando de móviles. De momento, os dejo con una foto.

 La evolución del teléfono móvil a lo largo de la Historia...

Ahora, los móviles son ligeros y pequeños.

 El primer teléfono móvil de la Historia.

¡Cómo ha cambiado!

domingo, 26 de enero de 2014

FRAGMENTO DE "JANE EYRE"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros un fragmento de una de las mejores novelas que jamás he leído, Jane Eyre. 
No se trata sólo de la historia de la institutriz que está enamorada de su patrón. Hay algo más en esta historia.
Está Jane, una mujer decidida y llena de dignidad que lucha contra el mundo. Contra una tía que le hace la vida imposible. Contra la dura vida en el colegio al que la llevan. Contra la hipocresía...
Es una historia preciosa y potente.
La recomiendo encarecidamente.

-Entonces, ¿me considera usted un bellaco? -dijo con vehemencia-. Usted se convencerá, incrédula. ¿Acaso amo a Blanche Ingram? No, y usted lo sabe. ¿Acaso me ama ella a mí? No, y me he preocupado de comprobarlo. He hecho llegar hasta ella el rumor de que mi fortuna no era ni la tercera parte de lo que se suponía, y luego me he presentado a Blanche y a su madre. Las dos me han acogido con frialdad. No puedo, ni debo, casarme con Blanche Ingram. A usted, tan rara, tan insignificante, tan vulgar, es a
quien quiero como a mi propia carne, y a quien ruego que me acepte por esposo.
-¿A mí? -exclamé, empezando a creerle, en vista de su apasionamiento y, sobre todo, de su ruda franqueza-. ¡A mí, que no tengo en el mundo otro amigo que usted, si es que usted se considera amigo mío, y que no poseo un chelín, no siendo los que usted me paga!
-A usted, Jane. Quiero que sea mía, únicamente mía. ¿Acepta? ¡Diga inmediatamente que sí!
-Mr. Rochester, déjeme mirarle la cara. Vuélvase de modo que le ilumine la luna.
-¿Para qué?
-Porque quiero leer en su rostro.
-Bien; ya está. Creo que mi rostro no le va a parecer más legible que una hoja tachada, pero en fin, lea lo que quiera, con tal de que sea pronto.
Su faz estaba muy agitada. Tenía las facciones contraídas y una extraña luz brillaba en sus ojos.
-¡Me tortura usted, Jane! -exclamó-. Por muy franca y bondadosa que sea su mirada, me escudriña de un modo...
-¿Cómo voy a torturarle? Si dice usted la verdad y su oferta es sincera, mis sentimientos no pueden ser otros que los de una gratitud infinita. ¿Cómo voy a torturarle con ella?

sábado, 25 de enero de 2014

BESOS PARA RECORDAR

Hola a todos.
Se acerca San Valentín, el Día de los Enamorados.
Aunque todavía falta bastante para que llegue ese día, su cercanía hace que saque mi vena más romántica.
Hoy, me gustaría recordar uno de los besos más célebres en la Historia del Cine.
En este caso, corresponde a una escena de la mítica película Casablanca. Al margen de ser una película llena de romanticismo, pero también de cierta intriga y de mucho dolor contenido, hay canciones para el recuerdo y muchas frases míticas.
-Éste puede ser el inicio de una hermosa amistad.
Pero hay escenas realmente preciosas y esta escena es una de ellas. Se trata del apasionado beso en el que se funden los protagonistas, Rick y Elsa, o lo que es lo mismo, Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.
Pueden radiarla. Pueden hacer de ella una serie. Pueden ponerle color. Pueden escribir un libro sobre ella. Nos parecerá un sacrilegio porque Casablanca es una película intocable. Para nosotros, sus imágenes en blanco y negro permanecen grabadas a fuego en nuestras mentes y rechazamos de plano cualquier cambio que puedan hacerse. Porque no queremos que esos cambios puedan mancillar el recuerdo que tenemos de una película inolvidable
La imagen en cuestión es ésta:

Sí... Rick y Elsa recuperaron, aunque fuera por unos instantes, los momentos que vivieron en París.

lunes, 20 de enero de 2014

EL VERDADERO AMOR

Hola a todos.
Hoy, no os traigo ninguna canción.
Me gustaría compartir con vosotros esta frase que resume a la perfección la diferencia entre el deseo carnal, siempre efímero, y el verdadero amor, el que siempre permanece.
La pronuncia uno de los grandes filósofos españoles del siglo XX, José Ortega y Gasset.

El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho.

domingo, 19 de enero de 2014

"STAYING ALIVE", DE LOS BEE GEES

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros una de mis canciones favoritas.
Se trata de Staying alive, del gran trío británico Bee Gees.
Robin, Barry y Maurice Gibb empezaron a dar sus primeros pasos en el mundo de la música a mediados de la década de 1960.
Sin embargo, a pesar de tener en su haber canciones tan preciosas como New York Mining Disaster, basada en un trágico hecho real, o Words, no alcanzaron la fama mundial hasta la década de 1970.
Los Bee Gees pusieron banda sonora a uno de los grandes hitos cinematográficos de esa época, Fiebre del sábado noche. 
La canción que os traigo, Staying alive, con su melodía pegadiza y su sonido discotequero, invita a mover las caderas. Forma parte de la banda sonora de Fiebre del sábado noche. 
Si os gusta la música disco, estoy segura de que os gustará esta canción.


La canción es de 1977 y es una de las más famosas del trío.

sábado, 18 de enero de 2014

"CRYPTORCHID", DE MARILYN MANSON

Hola a todos.
El vídeo que me gustaría compartir con vosotros es uno de mis favoritos.
Marilyn Manson es uno de mis cantantes favoritos.
Se le puede acusar de muchas cosas. Desde ser un satánico hasta hacer música comercial. Causa polémica y no es indiferente a nadie.
Pero hay algo en sus canciones que, a mi entender, le hace auténtico. Su voz es ronca y grave. Sus letras están cargadas de oscuridad, pero también hay poesía en ellas.
No es sólo rock duro. Hay una atmósfera tétrica que envuelve todas sus canciones. Todo lo que cuenta y todo lo que canta sale de dentro de él. Aún creyendo que puede haber oscuridad en su alma, lo saca sin miedo. No se esconde.
Lo escuché por primera vez pocos días antes de cumplir diecisiete años. Un amigo me prestó un compact que estaba escuchando durante el viaje que hicimos todo el instituto a Valencia, a ver la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Suelo marearme en coche. Pero, aquel día, escuchando a Marilyn Manson, me sentí rara, pero también me sentí cómoda.
Había algo hipnótico en aquella voz grave que cantaba con rabia, con voz de ultratumba. Siempre me he considerado un bicho raro. Lo siglo pensando. Pero, aquel día, escuchando a Marilyn Manson, no me sentí tan sola.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros una de las canciones más tétricas, pero, al mismo tiempo, más hermosas de Marilyn Manson.
Crytorchid es una canción del año 1997. El videoclip que la acompaña es extraño. Atrae y repele a partes iguales.
Está dirigido por el director de cine Elías Merhidge, al que recordamos por haber dirigido La sombra del vampiro, que cuenta cómo transcurrió el rodaje del inmortal film Nosferatu. Pero lo hace partiendo de la leyenda urbana que cuenta que su protagonista, el genial Max Schrek, era realmente un vampiro.
El videoclip se alterna con trozos de la ópera prima de Merhidge, Begotten. 
La película es del año 1990 y es gore. Pero no es gore tal y como lo conocemos. Es una película completamente muda en la que no hay ni siquiera banda sonora. Se acompaña de sonido ambiente. Su montaje en blanco y negro recuerda a los inicios del cine, a finales del siglo XIX. Una película no sólo gore, sino también extraña y curiosa. Merhidge da su propia visión de la creación a través de imágenes extrañas, como sacadas de la peor de las pesadillas.
Os dejo con el videoclip.
Espero que os guste.




lunes, 13 de enero de 2014

VOYAGE VOYAGE

Hola a todos.
Seguimos recordando canciones que han marcado nuestras vidas. Que forman parte de nosotros. Hoy, nos toca el turno de una canción francesa preciosa.
Se trata de Voyage voyage. La interpreta la cantante francesa Desireless. Fue la primera canción de su álbum François, el cual vio la luz en el año 1986. Se trata de una canción que, aunque tiene una melodía un tanto marchosa, el fondo de la misma es bastante melódico.
Voyage voyage alcanzó un rápido éxito en toda Europa a lo largo de aquel mismo año.
Se han hecho diversas versiones del tema, siendo más famosas dos:
-La versión que el grupo mexicano Magneto hizo, titulada Vuela vuela, en el año 1991.
-La versión que hizo la cantante belga Kate Ryan en el año 2008.
Aquí os dejo con el videoclip de la canción original, cantada por la voz profunda de Desireless.
Espero que os guste.


domingo, 12 de enero de 2014

VEN SIN TEMOR

Hola a todos.
Hoy, me gustaría recordar esta canción del cantante valenciano Bruno Lomas.
Se trata de Ven sin temor. 
Esta canción tiene un ritmo alegre y una sintonía pegadiza. Habla de entregarse al amor sin reservas. Sin miedo...De que no hay que tenerle miedo al amor cuando se siente que vale la pena y cuando es correspondido.
Bruno Lomas alcanzó la fama a lo largo de los años sesenta. Ven sin temor es una canción del año 1972 y, aunque la década de los setenta no fue la mejor para él, hay quien piensa que esta canción es de las mejores que ha compuesto.
Tanto la cantante Edurne como el grupo de rock Seguridad Social han hecho versiones de este mítico tema.
Os dejo con un vídeo de la canción interpretado por Bruno Lomas.


Esta canción tiene formato un tanto de lo que sería más adelante un videoclip. Pertenece al programa musical de TVE 360º. 
Espero que disfrutéis de esta canción cargada de optimismo y de alegría y, por supuesto, de mucho amor.

viernes, 10 de enero de 2014

LA RIVA BIANCA LA RIVA NERA

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros esta preciosa canción.
Quien la interpreta es la cantante italiana Iva Zanichi. La canción es de 1971 y se trata de un bellísimo himno pacifista. Bien podía ser en contra de la guerra de Vietnam, en todo su auge en aquella época. O bien en contra de las guerras pasadas, presentes y, por desgracia, a menos que la Humanidad cambie, futuras.
Nos muestra el diálogo entre un soldado y un capitán de bandos enfrentados. Cargada de lirismo, belleza y melancolía, la canción bien podría enmarcarse en una de las muchas guerras que, por desgracia, han habido a lo largo de los cuarenta y dos años de vida de la canción.
Aquí os dejo con el vídeo de esta canción.


Es la letra de la canción en español, que se tradujo como La orilla blanca la orilla negra. La propia Iva Zanicchi la canta con una voz preciosa y desgarradora.
Un tema precioso y conmovedor, con una letra demasiado vigente a día de hoy, por desgracia.

miércoles, 8 de enero de 2014

FRAGMENTO DE "EMMA"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros un fragmento de una de las mejores novelas de Jane Austen. Se trata de Emma. 
Cuenta la historia de Emma, una joven de buena familia que dedica su tiempo libre a emparejar a las personas que hay a su alrededor. Está contada en tono de comedia y no puedes evitar sonreír durante el tiempo que la estás leyendo.
Si estás buscando el origen de las comedias románticas que tanto nos gustan, hay que buscarlo en Emma. 

                 Yo no tengo ninguno de los motivos que suelen empujar al matrimonio a las mujeres. Claro que si me enamorara la cosa sería muy distinta; pero yo nunca me he enamorado; no va con mi manera de ser o con mi carácter, y creo que nunca me enamoraré. Y sin amor estoy segura de que sería una loca si dejara la situación que tengo ahora. Dinero no me hace falta; cosas en qué ocuparme tampoco; y posición social tampoco; creo que no habrá muchas mujeres casadas que sean tan dueñas de la casa de su marido como yo lo soy de Hartfield; y sé que nunca, nunca podría esperar ser tan querida y considerada, ser siempre la primera y tener siempre razón para un hombre, como ahora soy la primera y tengo siempre razón para mi padre.

jueves, 2 de enero de 2014

TE ECHO DE MENOS (REPOSICIÓN)

Hola a todos.
En breve, me gustaría dar una buena noticia acerca de este relato que escribí hace algún tiempo.
Está subido a mi blog "Berkley Manor".
Para celebrar la buena noticia, me gustaría reponer este blog Te echo de menos. 
Espero que os guste.

ISLA DE LOBOS, AL NORTE DE FUERTEVENTURA, CANARIAS, 1820

       

                 La familia Mendoza estaba muy orgullosa. El hijo mayor, Manuel, estaba estudiando Medicina en Santa Cruz de Tenerife. Con frecuencia, el joven le escribía largas cartas a su familia. Le contaba cómo le iban los estudios. Cómo era su vida en la ciudad. Con quien más se carteaba era con su hermana menor, Lucía. Manuel tenía veintitrés años. Y Lucía acababa de cumplir dieciocho años. En cuestión de unos meses, Manuel terminaría la carrera. Y pensaba regresar a la isla de Lobos, donde vivía su familia. Quería ejercer como médico allí. Lucía esperaba con ansia su regreso.
                  Aquella tarde, Lucía había salido con su mejor amiga, Herminia Antúnez.
-Manuel me ha escrito-le informó Lucía a Herminia-Está estudiando mucho.
-Debes de estar deseando verle-apostilló Herminia.
                 Las dos amigas estaban sentadas en la arena, en la Playa de la Concha. Lucía y Herminia miraban con cierta nostalgia el horizonte. Sentían que Manuel estaba muy lejos de ellas. Pero, de algún modo, podían sentir que estaba a su lado. Muy cerca de ellas...
-¿Tiene novia?-quiso saber Herminia-Es muy guapo. Es normal que tenga novia. O que se haya enamorado de alguna chica de Santa Cruz. ¿No?
-Pues no lo sé-contestó Lucía-Manuel nunca me habla de ninguna chica en concreto.
                 Guardaron silencio. Herminia pensó que había hablado más de la cuenta. Desde que tenía uso de razón, la muchacha había estado enamorada de Manuel. Se trataba de un amor secreto. En el fondo, Herminia sabía que nunca sería correspondida. Manuel era cinco años mayor que ella. Y era mucho más mundano que ella.
-Pregunta mucho por ti-le confesó Lucía a Herminia-Quiere saber si te ronda algún joven.
-Hay muy pocos jóvenes en esta isla que me puedan rondar-se rió Herminia-Además, todos esos jóvenes van detrás de ti. Eres muy hermosa.
-Te equivocas. Yo no soy hermosa. Tú eres una belleza, Herminia.
-¿Y quién dice eso?
-Los jóvenes...Los hombres, en general.
-¡Estás mintiendo!
-Es la verdad. Hasta Manuel...
-¿Qué pasa con Manuel?
-No pasa nada.
La verdad era que hasta los pescadores que estaban dejando sus barcas varadas en la orilla de la playa giraban la cabeza para mirar a Lucía. La joven se sentía orgullosa de su belleza. Poseía una larga cabellera de color dorado rojizo. Era su mayor orgullo. Su rostro poseía unas facciones perfectas. Tenía la frente despejada y su cara tenía la forma perfecta de un óvalo. Sus ojos eran de color azul oscuro. Pero podían tornarse de color. Dependiendo de su estado de ánimo, los ojos de Lucía podían tornarse de color violeta. Poseía una figura alta y esbelta. Su piel era blanca como la leche. Y sus mejillas eran de color sonrosado. Era una joven que siempre estaba de buen humor.
                    Lucía tenía numerosos pretendientes. Algunos jóvenes de la isla iban a visitarla a su casa. Como siempre, Lucía estaba acompañada por su carabina, que era el ama de llaves de sus padres. Recibía con cierta frialdad los halagos que sus pretendientes le hacían. En el fondo, se sentía halagada. Le gustaba ser el centro de atención. Sus pretendientes no habían pasado de darle un beso en la mano de manera cortés.
                   Herminia también era una joven llamativa. Aunque un poco menos que Lucía...
                 Poseía el cabello de color rubio muy claro. Era un poco más bajita que Lucía. Su piel era tan clara como la de Lucía. Pero sus ojos eran de un bonito color verde esmeralda. Por lo general, Herminia creía que pasaba desapercibida.

                    Herminia fue a visitar a Lucía a los pocos días. La joven había recibido una nueva carta de Manuel. No veía el momento de leérsela a su amiga.
                   Al terminar de leer la carta, los ojos de Herminia se llenaron de lágrimas. Tenía la sensación de que Manuel no tardaría mucho tiempo en regresar a la isla de Lobos. Volvería a verle. Desde que le vio partir en una barca rumbo a Fuerteventura, donde tomaría un barco que lo llevaría a Santa Cruz de Tenerife, lo había echado de menos.
-¿Estás llorando?-inquirió Lucía.
-No...-contestó Herminia-No...No estoy llorando. Se me ha metido algo en el ojo.
-¡Oh, amiga! Yo también echo de menos a Manuel. No veo la hora de volver a verle.
                    Manuel iba a volver, pensó Herminia.
-Tú también echas de menos a mi hermano-observó Lucía.
-Sí...-admitió Herminia-Es como un hermano mayor para mí. Soy hija única. Siempre he soñado con tener un hermano.
                   Naturalmente, Lucía ignoraba la clase de sentimientos que Manuel despertaba en Herminia.
-Luego, nos tocará a nosotras viajar este otoño-le recordó a Herminia.
-¿A qué te refieres?-inquirió la muchacha.
                 Estuvo a punto de golpearse contra la pared. ¡Su puesta de largo!
                 ¡Había olvidado que iba a ser presentada en sociedad aquel otoño en Santa Cruz de Tenerife!
-Manuel nos acompañará-le aseguró Lucía.
                   La idea de ser presentada en sociedad las llenaba de ilusión. Herminia se veía así misma bailando con algún apuesto caballero. Y se preguntaba cómo reaccionaría Manuel al verla. ¿Se pondría celoso?
-Tendremos que encargar vestuario nuevo-dijo Herminia-¿Dónde lo hacemos?
-Visitaremos a la modista-contestó Lucía-Ella está al tanto de la última moda. Aunque viva aquí, sabe cómo se viste en la Península.
-Iremos a verla en cuanto podamos.
                Lucía estaba entusiasmada. Herminia y ella nunca habían salido de la isla de Lobos. Habían nacido allí. Habían crecido allí. Pero su mundo se limitaba a aquella isla. Todo lo que sabían de otros lugares era por los libros que leían. Y por las cartas que Lucía recibía de Manuel. Lucía soñaba con viajar a la Península. Con un poco de suerte, a lo mejor, al año siguiente, Herminia y ella viajarían a Madrid. ¡Podrían hacer sus reverencias ante el Rey Fernando! ¿No era ése el sueño de toda jovencita en edad casadera? Viajar a Madrid. Ir a bailes.
-¡Será como estar dentro de un cuento de hadas!-se ilusionó Lucía.
-¿Lo dices por nuestra puesta de largo en Santa Cruz?-inquirió Herminia-¿O lo dices porque podríamos viajar a Madrid?
-¡Por las dos cosas, tonta! ¿No te agrada la idea de viajar? ¡Visitaríamos la capital! Pasearíamos en carruaje por el Parque del Retiro. Es el sueño de toda chica de nuestra edad, amiga. Además, soñar es gratis.

-¿Es verdad que el hijo de los Mendoza va a regresar?-se interesó la señora Antúnez.
-¡Por fin habrá un médico en la isla!-exclamó Herminia.
-Antes, cuando uno enfermaba, había que ir a buscar al médico a Fuerteventura-recordó el señor Antúnez-Y no siempre podía venir. Hacer un viaje de isla en isla puede ser muy peligroso. Sobre todo, cuando hay tormenta. O hay una fuerte marejada. Manuel será un médico excelente.
-¿Cuándo vuelve?-inquirió la señora Antúnez.
-Pronto...-contestó Herminia-No lo sé.
                   Herminia estaba sentada a la mesa a la hora de la cena junto con sus padres, el matrimonio Antúnez.
-Lo importante es que se quede-afirmó el señor Antúnez-Se le necesita.
                    Estaban dando cuenta de un plato de potaje.
                    Herminia pensó en Manuel.
                    Era cierto que se le necesitaba en la isla como médico. Pero, de algún modo, ella también le necesitaba.
-Lo raro es que no se haya casado-opinó la señora Antúnez.
-Lucía dice que es porque está muy centrado en sus estudios-dijo Herminia-No se va de noche a los burdeles. Ni anda a la conquista de alguna mujer ligera de cascos. Es muy serio.
                   Los padres de la joven sonrieron al pensar en Manuel. Siempre se había caracterizado por su seriedad.
-No ha cambiado nada-afirmó el señor Antúnez.
Herminia guardó silencio.
                     No se atrevía a sincerarse con sus padres. Estaba enamorada de Manuel desde que le alcanzaba la memoria. No se trataba de amistad. No se trataba de la costumbre. Era amor. Aquel amor había ido creciendo con el paso de los años. No se había evaporado, como se evapora la niebla cuando le da la luz del Sol. Era verdadero amor.
-A lo mejor, se casa cuando llegue a la isla-dijo Herminia.
                    Su voz apenas le salía de la garganta al hablar.
                   La última vez que Manuel estuvo en la isla fue por Semana Santa. Al despedirse en el embarcadero, le dio un beso en la mejilla. Muy cerca de su boca...
-No hay muchas jóvenes en esta isla-comentó la señora Antúnez.
-No hay casi nadie-se rió su marido-¡Es verdad! Pero es mejor así.

                       En la habitación de un céntrico hostal de Santa Cruz de Tenerife, Manuel Mendoza estaba guardando su ropa en una desgastada maleta. Ya había terminado la carrera de Medicina. Ya podía regresar a su casa, en la isla de Lobos. No veía la hora de ver de nuevo a sus padres. De estar de nuevo al lado de su hermana. Se detuvo al pensar en alguien que le había robado el sueño hacía mucho tiempo. Con quien de verdad deseaba estar era con Herminia. Se sentó en la estrecha cama en la que había estado durmiendo durante cinco años. Sólo con las excepciones de las visitas que le hacía a su familia en la isla durante la Navidad, el verano y la Semana Santa.
                   En aquel momento, alguien golpeó la puerta de su habitación. Era Ricardo, su compañero de habitación.
-¿Estás haciendo la maleta?-le preguntó-Veo que no quieres perder tiempo.
-Quiero volver a mi casa lo antes posible-respondió Manuel-No me gusta estar alejado de mi familia. Confieso que no estoy acostumbrado a la vida en la gran ciudad.
-Pensaba que te quedarías.
                    Ricardo estaba en el penúltimo año de Derecho. Había repetido varios cursos debido a su carácter un tanto juerguista. Era un par de años mayor que Manuel.
-Casi no te has divertido-le recriminó-No sabes lo que es salir a divertirte una noche.
-Ya...-dijo Manuel-Pero sé una cosa. Sé curar unas cándidas.
-¡Por favor! ¡No me lo recuerdes! ¡Fue muy bochornoso para mí!
                   Manuel esbozó una sonrisa.
-Ya sabes lo que no tienes que hacer-le advirtió.
Cerró la maleta. Había un cuaderno de dibujo encima de su cama. A veces, cuando no estaba ocupado con las prácticas en la morgue, dibujaba. Ricardo se sentó en la cama. Abrió el cuaderno de dibujo de Manuel. Vio el dibujo de una joven de pelo largo y rubio. Lo tenía rizado. Tenía unos rasgos adorables y sus ojos se adivinaban de color claro.
-Es ella-dijo Ricardo-La chica de la que me has estado hablando.
-Sí...-admitió Manuel-¡Cierra ese cuaderno!
                  Ricardo cerró el cuaderno.
                 Manuel se sentó a su lado en la cama. No podía seguir negando la evidencia. El recuerdo de Herminia le había acompañado a lo largo de los últimos tiempos. En aquel último curso, visitar la isla de Lobos había supuesto una tortura para él. Porque veía a Herminia siempre en su casa.
                 Cada vez que la besaba en la mejilla. Cada vez que la besaba en la frente. Los deseos de Manuel eran otros. Estar cerca de Herminia amenazaba su cordura, pero no se atrevía ni siquiera a intentar evitarla.
                    Volvía a la isla sólo por ella. Por nadie más...
-¿Has hablado alguna vez con ella?-inquirió Ricardo.
-Hablo con ella todas las veces que voy a visitar a mi familia-contestó Manuel-La conozco desde que nació.
-Digo que se te le has declarado. Sospecho que no ha sido así.
-No podría hablarle de amor. Me rechazaría.
-Eso no lo sabes.
                   Manuel se puso de pie. Pensó que Ricardo podía tener razón. Herminia no sabía lo que él sentía de verdad por ella. Cada vez que la abrazaba, pensaba que era un gesto de amistad. Y no era así. Tenía que atreverse. Tenía que sincerarse con la muchacha. Se armaría de valor e iría a verla nada más llegar a la isla.

El trayecto en barca desde Fuerteventura hasta la isla de Lobos se le hizo eterno a Manuel. El viaje en barco desde Santa Cruz de Tenerife hasta Fuerteventura le había puesto nervioso. Pero ya estaba sentado en aquella pequeña barca de madera. Se estaba acercando poco a poco a su destino. Decidió que iría primero a ver a Herminia. Tenía que sincerarse con ella de una vez por todas.
                        El barquero pareció reconocerle. Pero era ya noche cerrada.
                        La barca quedó varada en la arena. Manuel dejó sus maletas allí. Tan sólo llevaba dos maletas consigo.
-Se las pueden robar-le advirtió el barquero.
-No hay ladrones aquí-afirmó Manuel-Si me las roban, sabré quién es. Sigue siendo un lugar tranquilo en el que vive poca gente.
                      El joven empezó a caminar. Sus pasos le llevaron hasta la casa de los Antúnez. Se fijó en que toda la casa estaba a oscuras. Sabía cuál era la habitación de Herminia. La ventana de la habitación estaba abierta. De pronto, una loca idea pasó por su cabeza. Sin saber bien lo que estaba haciendo, empezó a escalar la fachada de la casa de los Antúnez. Se arrepentiría al día siguiente de lo que había hecho, pero no le importaba.
                   Herminia se despertó al percibir una extraña presencia en su habitación.
-¿Quién anda ahí?-preguntó.
-No te asustes-respondió Manuel.
-¿Manuel? ¿Eres tú?
                    El corazón de Herminia empezó a latir muy deprisa.
-¿Qué estás haciendo aquí?-inquirió de nuevo.
-He vuelto de Santa Cruz-contestó Manuel-Ya me he graduado. ¡Tienes ante ti a todo un médico!
Manuel sintió cómo se le secaba la garganta. Había llegado el momento de sincerarse con Herminia. Casi sin darse cuenta, las palabras empezaron a salir de su boca. Se paseó de un lado a otro de la habitación. Le habló a Herminia de los sentimientos que despertaba en él. De que su recuerdo le había acompañado en todo momento. No había habido ninguna mujer en Santa Cruz de Tenerife.
                    No había podido quitársela de la cabeza. La conocía desde que era casi un bebé. Y la había visto crecer y convertirse en una muchacha preciosa y maravillosa. No se trataba de amistad. No se trataba de una mera costumbre.
-Es amor-afirmó Manuel.
-¿Estás enamorado de mí?-inquirió Herminia atónita-¿Es eso lo que me estás diciendo? ¿Me amas?
-Con toda mi alma...Entiendo que no sientas lo mismo por mí. Yo...
-Yo también te amo.
-¿Lo dices en serio? No te sientas obligada a quererme. Yo siempre te amaré, aunque tú no me correspondas. No me importa.
-Te amo.
                    A pesar de que la habitación estaba sumida en la penumbra, Herminia advirtió un brillo desconocido en los ojos de Manuel. El joven se perdió en las profundidades de los ojos verdes de Herminia. Unos ojos que le habían acompañado desde siempre.
                   Manuel acarició con la mano el cuello de Herminia. La muchacha, a su vez, acarició con la mano la mejilla de Manuel. El joven se sentó al lado de ella en la cama.
-Las cosas serán distintas a partir de ahora-le aseguró a Herminia.
                   Le cogió la mano. Se la besó muchas veces.
-¿Qué es lo que me quieres decir?-le preguntó Herminia a Manuel.
-Nos casaremos-respondió el joven.
                   Herminia se dijo así misma que estaba soñando. Manuel no podía estar en su habitación. Manuel no podía haberle confesado que estaba enamorado de ella. Manuel no podía estar hablándole de casarse. Le parecía que todo era demasiado descabellado. Sonrió con timidez. Manuel le devolvió la sonrisa. Y fue entonces cuando los labios del joven se posaron sobre los labios de Herminia.
Fue Manuel el primero que se despojó de la ropa que llevaba puesta. Luego, ayudó a Herminia a despojarse de su camisón.
                         Le cogió la mano y se la besó.
-Eres preciosa-le aseguró.
-¿Has estado con alguna mujer?-quiso saber Herminia.
                       Manuel lo negó moviendo la cabeza. Herminia sonrió aliviada. Le dio un beso en la mejilla. Los labios de Manuel recorrieron el cuello de la joven. Sus bocas se encontraron en un beso cargado de amor. Volvieron a besarse con más pasión y más profundidad y Herminia rodeó con sus brazos el cuello de Manuel, apretándolo contra su cuerpo.
                    Manuel acarició el cabello suelto de Herminia. Le juró una y otra vez que la amaba y que no dejaría nunca de amarla.
-Me alegro de que no hayas estado nunca con una mujer-se sinceró Herminia-Yo tampoco he estado con un hombre. Antes...
-Me alegro-afirmó Manuel-Así, los dos somos vírgenes.
                  Llenó de besos el rostro de Herminia. La abrazó con fuerza. Se susurraron muchas palabras de amor. En aquel momento, estaban ellos dos solos. Solos en aquel lugar que les parecía que era el Paraíso. Habían reunido el valor necesario que necesitaban para declararse el amor que sentían mutuamente.
-Nos casaremos-le prometió Manuel.
-Y yo te ayudaré-le aseguró Herminia.
-Juntos...
Manuel abrazó delicadamente a Herminia. Deseaba poder fundirse con ella. Había deseado aquel momento durante mucho tiempo. Se había odiado así mismo por haberse enamorado de la mejor amiga de su hermana menor. Manuel llenó de besos los hombros de Herminia. Ella tenía una ligera idea de lo que estaba pasando entre ella y su amado. Había oído algunos comentarios susurrados entre las dos criadas que tenía la familia.
                       Volvieron a besarse con pasión. Se acariciaron mutuamente. Las manos de Manuel sabían por inercia qué lugares del cuerpo de Herminia debía de acariciar para despertarla a la pasión.
-No sé qué hacer-admitió la chica.
-No pienses en nada-le dijo Manuel.
                       Herminia aún creía que estaba soñando. Manuel no había podido aparecer en su habitación. No podía estar haciéndole lo que le estaba haciendo. No podía haberle confesado que la amaba. Ni habían hecho planes para un futuro juntos.
-Amor mío...-le oyó susurrar.
                   Manuel llegó a recorrer el cuerpo de Herminia con la lengua. Llenó cada porción de su cuerpo con besos. La muchacha tenía un sabor exquisito. Como lo había imaginado.
                   ¿Cuántas veces había soñado con aquel momento? Demasiadas...Con besar los pechos de aquella joven. Con posar sus labios sobre su vientre. ¡Y lo estaba haciendo! ¡Era real! ¡Estaba pasando! Herminia era suya. Y él era de ella. Suyo...
                   Finalmente, los cuerpos de ambos se unieron. El cuerpo de Herminia recibió con alegría el cuerpo de Manuel. No sintió dolor alguno al sentir cómo el joven que amaba invadía su cuerpo. Lo único que quería era entregarse a él. Su unión estuvo cargada de amor. Se abrazaron. Se besaron. Manuel llevó a Herminia hasta un lugar lejano. Un lugar maravilloso donde sólo estaban ellos dos.
                     Fue Herminia la que se quedó dormida en primer lugar. Manuel se abrazó a ella. Le dio las gracias por haberla conocido. Y por amarle.
                     Permaneció despierto durante un buen rato. Herminia le amaba. Nunca la dejaría.
                     Ella estaría siempre a su lado. Le ayudaría a ser un gran médico. Los dos juntos podían hacer muchas cosas. Ayudar a mucha gente.
                     Siempre juntos...


FIN