Hola a todos.
Aquí os traigo la segunda parte de mi relato Volver a amar.
Lady Anna entra en escena.
¡Vamos a ver qué pasa!
Los vizcondes de Durham pasaban las vacaciones de verano en Buck Ait. Tenían una casita arrendada allí. Sin embargo, no se relacionaban con los Ivers. Durante su matrimonio con Belinda, Gaston descubrió que el oscuro pasado de su suegro le había alcanzado hasta aquel recóndito lugar. Belinda no se relacionaba con nadie. De vez en cuando, iba a visitarla la hija mayor de los vizcondes, Anna. Cuando Gaston la vio por primera vez, era apenas una niña.
La hermana menor de Anna tenía doce años. Los vizcondes sólo las tenían a ellas.
Anna tenía dieciocho años cuando Gaston se percató de que también era una mujer. Cuando murió Belinda, Anna se acercó a darle el pésame. Lo hizo dándole un beso en la mejilla.
-Te acompaño en el sentimiento-le dijo-Es terrible perder a la persona que amas.
De vez en cuando, Anna seguía visitando a los Ivers.
-Le agradecemos que venga a visitarnos, lady Anna-le decía mistress Ivers a la joven-Usted se parece mucho a mi querida Bel.
Sin embargo, no era Belinda. Anna siempre tenía una palabra de ánimo para dirigirse a Gaston.
Le besaba en la mejilla a modo de consuelo cuando le veía triste.
Anna poseía una belleza serena. Su porte era elegante. Poseía el cabello de color miel. Y sus ojos eran de color azul.
Gaston agradecía las visitas que hacía Anna. No se parecía en nada a sus estirados padres.
Anna había asistido a algunas reuniones. No eran muchos los vecinos que vivían en la isla.
Anna había asistido a pequeños bailes que se celebraban por las tardes. Incluso, le habían permitido asistir a varias cenas.
Al igual que Belinda, le gustaba tocar el piano. Poseía una bonita voz. De vez en cuando, invitaba a Belinda a salir a dar un paseo con ella por la orilla del río Támesis.
Aquella amistad disgustaba enormemente a los padres de Anna. La joven lloró cuando murió Belinda. Los Ivers le estaban agradecidos porque había sido amiga de su hija. En realidad, Anna era la única amiga que Belinda tuvo en su corta vida.
Había cosas que Belinda no podía contarle a Anna. Cuando la chica aparecía en su casa, sólo hablaban de cosas triviales. Sin embargo, Anna siempre tuvo la sensación de que Belinda quería contarle algo. No sabía lo que era.
-No es nada importante-le aseguraba la joven.
En aquellos momentos, lady Durham estaba sumida en los preparativos para la puesta de largo de su hija mayor.
Anna había empezado a vestir a la moda. Y había que reconocer que estaba muy favorecida.
En los próximos días subiré las partes que quedan. No quiero se os haga pesada.
¡Gracias por estar ahí!
Me gusto mucho esta historia te mando un beso
ResponderEliminarHola Citu.
ResponderEliminarMe alegro de corazón que te esté gustando.
Un fuerte abrazo.