martes, 22 de diciembre de 2015

VOLVER A AMAR

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de mi relato Volver a amar. 
Gaston visita hoy la tumba de Belinda, su difunta esposa.

                               Belinda había sido enterrada en el cementerio de Thame.
                               Gaston decidió que había llegado el momento de visitar su tumba.
                               Antes, había viajado en muchas ocasiones a Thame para visitar la tumba de su mujer. Pero, en los últimos tiempos, sus visitas se habían espaciado en el tiempo.
                               Así lo pensó mientras una barca de alquiler le alejaba de la isla. Sentía la necesidad de visitar la tumba de Belinda.
-¿Sabe de alguna diligencia que salga a Thame?-le preguntó al barquero.
-Pregunte cuando llegue a Shiplake-respondió éste.
                           La barca le llevaría hasta allí.
                           Una vez que llegó a Shiplake, Gaston se hospedó en la única posada que había en el pueblo. Supo que una diligencia saldría al día siguiente, sobre las ocho de la mañana. Pasaría por Thame. Gaston compró un pasaje para viajar a bordo.
                          Apenas probó bocado durante la cena. Y tampoco pudo dormir mucho. Echaba de menos a Anna. Aquellos días que iba a pasar lejos de ella iban a suponer para él una verdadera tortura.
                          Tardó un par de días en llegar la diligencia a Shiplake. Para entonces, Gaston tenía todos los huesos del cuerpo doloridos. En el pasado, no le había importado realizar aquel viaje. Se sintió mal nada más descender de la diligencia.
                           Estaba comportándose de manera egoísta.
                           Mistress Ivers visitaba con frecuencia la tumba de su hija. Una lápida de mármol recordaba el paso de Belinda Ivers por la vida.
                          Al colocarse ante la tumba de la joven que había sido su esposa, Gaston cayó de rodillas ante ella.
                         Sentía que le fallaban las fuerzas.
-Perdóname, Bel-se lamentó-Lo siento mucho. Yo...
                        Las lágrimas comenzaron a rodar sin control por sus mejillas. Se sentía culpable. Su matrimonio había sido un fracaso. Debía de admitirlo.
                        Había querido sinceramente a Belinda. Pero no había estado enamorado nunca de ella.
-Debes de odiarme-prosiguió Gaston-Siempre te querré, Bel. Pero...Anna es lo mejor que me ha pasado en la vida. Todo lo que siento por ella es superior a mis fuerzas. ¡La amo! Se ha colado en mi corazón. Y...Ella te quiere mucho. Pero me ama. Y yo...
                      Gaston trató de contener las lágrimas. Tenía la sensación de que Belinda le odiaba.
                      Esperaba ver ante sí el fantasma de su mujer. Ver un rostro lleno de ira.
                      Pero no vio nada. Estaba solo en el cementerio. Sintiéndose culpable por haberse enamorado de Anna. Pidiéndole perdón a Belinda por ello.
                      Lloró hasta que se le agotaron las lágrimas.

 

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