Hola a todos.
No he podido resistir la tentación de publicar en este blog un fragmento de mi novela Me olvidé de olvidarte.
Cuenta la historia de lo que le acontece a Dillon y a Tyler O' Hara, los hermanos de Olivia, en Inglaterra, país al que llegan tras abandonar San Ezequiel. Los dos intentarán olvidar a las mujeres que les han marcado: lady Catherine Osborne y Brianna Daphne MacKinley.
Con la ayuda de Dillon, Catherine empezó a salir a dar paseos por el jardín del convento. Aquella tarde, hacía mucho frío.
-Va a llover-le comentó Catherine a Dillon mientras caminaban.
-Te está volviendo poco a poco el color a las mejillas-observó el joven.
-No quieres hablar del color de mi cara. Quieres que hablemos de nosotros. De lo que ha pasado estos años. ¿No es así?
Dillon pensó que era imposible engañar a Catherine.
-He estado a punto de casarme-le contó ella-Antes de que se declarase el incendio. El duque de Kennedy quería casarse conmigo. Y yo acepté.
-¿Te enamoraste de él?-quiso saber Dillon.
Caminaron cerca de la fuente de piedra que estaba situada en el centro del jardín. Dillon se dijo así mismo que no debía de tener celos. Él había intentado rehacer su vida al lado de Cordelia. Pero no lo había conseguido.
-Me dije a mí misma que podía llegar a amarle con el paso del tiempo-contestó Catherine-Yo deseaba poder enamorarme algún día de él.
Catherine y Dillon se miraron a los ojos. Catherine supo que jamás habría podido amar a lord Alexander. Le había cogido mucho cariño. Pero no lo había amado.
Le dolía mucho su muerte. Lord Alexander era un buen hombre y se había portado como un caballero con ella. La había ayudado en todo lo que había podido.
Dillon se sintió identificado con Catherine. También se dijo así mismo muchas veces que podía llegar a amar a Cordelia con el paso del tiempo. Y no había sido así.
-He estado casado-le confesó-Estoy casado.
Pero su matrimonio era un completo fracaso. Y Dillon sabía que no podía estar con Cordelia amando como amaba a Catherine.
No había dejado de pensar en ella durante el tiempo que había estado con Catherine. Sólo Dios sabía lo que iba a pasar entre ellos después de haberse reencontrado. ¿Podrían ser felices de nuevo juntos? ¿Acabarían separándose de nuevo?
-¿Dónde está tu mujer?-inquirió Cordelia.
-Se ha ido a vivir a Londres con su madre-contestó Dillon-Hoy, he recibido una carta suya.
-¿No piensas volver con ella?
-No sé qué hacer. Nuestro matrimonio está completamente roto. He luchado por enamorarme de Cordelia. He tratado de olvidarte. Y no he conseguido ninguna de las dos cosas.
Se detuvieron junto a unos lirios.
Catherine no sabía qué decir. Dillon le había confesado que no había podido olvidarla.
-¿Sigues enamorado de mí a pesar de todo el tiempo que ha transcurrido?-le preguntó.
-Llevo enamorado de ti desde hace mucho tiempo-respondió Dillon-Has formado parte de mi vida desde que te conocí. Y te necesito, Cathy.
A Catherine le habría gustado decir algo, pero no podía hablar. Un nudo se formó en su garganta. Sintió cómo los labios de Dillon se posaban sobre sus labios. Había mucho amor en aquel beso que había tardado, en su opinión, demasiado tiempo en volver a darle. Pero también había mucha pasión contenida en aquel beso al que Catherine correspondió con todo su corazón.
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