Hola a todos.
Sobran las palabras cuando hablamos de la inmortal novela de Emily Bronte Cumbres borrascosas.
Todos conocemos la historia de amor enloquecido entre Catherine y Heathcliff. Ella es una niña consentida perteneciente a una adinerada familia de terratenientes. Él es un niño que el padre de ella encuentra en la calle y que se lleva a vivir con ellos. Los solitarios y tenebrosos páramos ingleses son testigos de esta apasionante historia de amor, locura y muerte que afecta, no sólo a Catherine y a Heathcliff, sino también a sus hijos.
Todo ello narrado por la boca de la doncella y amiga de Catherine, Nell, en un tono directo y duro.
Una historia de amor que va más allá del romance y que pervive por sus imágenes, fiel reflejo del pensamiento romántico del siglo XIX.
Dos seres imperfectos que se aman, se persiguen, se reprochan, sufren y hacen sufrir a los demás. Por eso, de algún modo, perviven en nuestra mente. Porque Heathcliff y Catherine son un poco como nosotros. Imperfectos y repletos de humanidad, resaltando nuestras sombras.
En el fragmento que hoy os traigo, Heathcliff hace una desgarradora petición al espíritu de su amada Catherine.
Sobran las palabras cuando hablamos de la inmortal novela de Emily Bronte Cumbres borrascosas.
Todos conocemos la historia de amor enloquecido entre Catherine y Heathcliff. Ella es una niña consentida perteneciente a una adinerada familia de terratenientes. Él es un niño que el padre de ella encuentra en la calle y que se lleva a vivir con ellos. Los solitarios y tenebrosos páramos ingleses son testigos de esta apasionante historia de amor, locura y muerte que afecta, no sólo a Catherine y a Heathcliff, sino también a sus hijos.
Todo ello narrado por la boca de la doncella y amiga de Catherine, Nell, en un tono directo y duro.
Una historia de amor que va más allá del romance y que pervive por sus imágenes, fiel reflejo del pensamiento romántico del siglo XIX.
Dos seres imperfectos que se aman, se persiguen, se reprochan, sufren y hacen sufrir a los demás. Por eso, de algún modo, perviven en nuestra mente. Porque Heathcliff y Catherine son un poco como nosotros. Imperfectos y repletos de humanidad, resaltando nuestras sombras.
En el fragmento que hoy os traigo, Heathcliff hace una desgarradora petición al espíritu de su amada Catherine.
¡Catherine!
¡Haga Dios que no reposes mientras yo viva! Si es cierto que yo te maté,
persígueme. Se asegura que la victima persigue a su asesino. Hazlo pues, hasta
que me enloquezcas. Pero no me dejes solo en este abismo. ¡Oh no puedo vivir
sin mi vida! ¡No puedo vivir sin mi alma!
Fotograma de la adaptación que se hizo en 1939 de Cumbres borrascosas. Sir Laurence Oliver interpretó de un modo muy convincente al brutal y honesto Heathcliff. David Niven interpretó a Edgar Linton, el rival de Heathcliff por el amor de Catherine.
Fotograma de la adaptación que se hizo en 1939 de Cumbres borrascosas. Sir Laurence Oliver interpretó de un modo muy convincente al brutal y honesto Heathcliff. David Niven interpretó a Edgar Linton, el rival de Heathcliff por el amor de Catherine.
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